50/50. Sin titubeos. Sergio Agüero acabó por redondear un día lleno de noticias ofreciéndo un porcentaje bastante más elevado de lo imaginado que resume la situación actual de la relación entre el Barcelona y Leo Messi y un posible reencuentro.

A esa hora de la noche, cuando el Kun dinamitaba la presentación de una nueva jornada de la Kings League Leo Messi volvía a rozar el cielo, no por ganar a Panamá y anotar su gol número 800, sino por disfrutar un ambiente casi místico en el Monumental bonaerense aprovechando el estreno de la albiceleste triestrellada.

Un brusco contraste con la caída a los infiernos del Barça tras conocer a media mañana que UEFA no se aguanta y pone en marcha la maquinaria legal entre sus estatutos, reglamentos varios y el artículo 33 de Ceferin para castigar de alguna manera el caso Negreira.

También la pelea en los despachos parece estar en el 50/50. Hay voces que creen que todo es artificio y otras en cambio que apuntan a cornada de dos trayectorias.

Y en esas se mueve la entidad culé. Sin poder presumir de su pasado, sin disfrutar el presente y sin poder organizar el futuro porque no es lo mismo una palanca con Champions que una palanca únicamente para el mercado nacional.

Desconozco si ambos asuntos están relacionados. Es decir, si para que vuelva Leo Messi es imprescindible que Europa no tenga las puertas cerradas. Por deseo deportivo y por necesidad económica, pero si solo fuese posible, por pura estadística, uno de los dos 50% ¿con cuál te quedarías? ¿Despedir a Messi como la leyenda entre las leyendas sin usar pasaporte en todo el año, o salvar los muebles de la competición continental?