La transición de una empresa que se dedica al negocio del petróleo y el gas, hacia un negocio con cero emisiones netas, en el que el núcleo de la compañía pasará a ser la generación de energía con fuentes renovables no es tarea fácil. Este es el camino que ha elegido Repsol, una transformación que convertirá a la histórica petrolera en un animal totalmente diferente.
La inversión en proyectos renovables sigue su curso para la firma integrada española, con el objetivo de tener 6 GW de potencia instalada en 2025 y 20 GW en 2030 y, aunque ha supuesto un sacrificio inicial en la rentabilidad del capital invertido, las inversiones que ha llevado a cabo la empresa en este sector están empezando a dar sus primeros frutos: la firma está ya muy cerca de conseguir alcanzar un ROCE de doble dígito en su negocio de renovables, con un 8,9% presentado en las cuentas correspondientes al año 2022.
A medida que los proyectos van madurando, este porcentaje continuará creciendo hasta superar la cota del 10%, frente al 15% que se logra con el negocio tradicional de las petroleras integradas.
El retorno de los proyectos
La empresa ha optado por desarrollar proyectos de energías renovables desde sus fases iniciales, algo que requiere tiempo, pero al final genera rentabilidades muy superiores a las que se conseguirían si adquiriesen proyectos ya maduros. Antonio Lorenzo, director económico financiero de la compañía, explica la estrategia que ha elegido seguir: «Alcanzar nuestros ambiciosos objetivos de renovables de golpe deteriora el retorno. Si queremos alcanzar los 6 GW de capacidad instalada en 2025, podemos comprar una empresa que ya los tenga, pero tendría que pagar una cantidad x, que cuando mis inversores me pregunten por el retorno, no les podrá ofrecer el doble dígito, sino el 3%», explica Lorenzo.
La alternativa, por la que ha optado la empresa española, es buscar proyectos en desarrollo, entrando en las fases iniciales para tratar de alcanzar retornos del 10%, como mínimo, una vez los proyectos ya han madurado. Desde que empezó a invertir en proyectos de renovables la firma ya ha desarrollado tres proyectos por completo, esto es, construidos, en operación, financiados y rotados, y en todos ellos ha logrado rentabilidades superiores al 10%.
«Hasta el día de hoy todos nuestros proyectos que han acabado el ciclo, cuentan con el doble dígito comprometido en retorno de equity, con lo que, nosotros estamos cómodos, sobre todo en un momento en el que los precios, tanto de la electricidad en el mercado, como los PPAS [contratos bilaterales de compraventa de energía], están reaccionando a un nuevo entorno de precios», confirma Lorenzo.
La empresa ha conseguido estos retornos de doble dígito en tres proyectos en concreto: el parque eólico Delta y el fotovoltaico Kappa, que se rotaron con Pontegadea (el vehículo de inversión inmobiliario de Amancio Ortega tomó una participación del 49% en ambos) y también en el fotovoltaico Valdesolar, con la sociedad de inversión The Renewables Infraestructure Group. «En estos tres se ha conseguido bastante más del doble dígito», confirma Lorenzo.
Con esta cartera de proyectos de renovables el director financiero de la firma considera que la misión está cumplida en España, salvo que aparezca «una gran oportunidad». «He generado un equipo y unas capacidades internas que me han permitido incorporar un socio. La entrada de Asterion Energies nos proporciona un pipeline de proyectos de 7,7 GW que asegura nuestra ambición en España», explica.
Esto hace que, a día de hoy, la empresa tenga un ojo puesto en otros mercados. En concreto, Estados Unidos. «Es el otro país que va a ser fundamental para nosotros. Vía Hecate Energy contamos con cerca de 2 GW de proyectos fotovoltaicos en fase avanzada de desarrollo. Si me preguntas dónde vemos operaciones potenciales, te diría que en la eólica onshore de EEUU», añade.