El ministro Escrivá sólo logrará una reforma mínima de las pensiones. La razón está en el rechazo de los sindicatos al aumento de los años observados para calcular la prestación.
Asimismo, los empresarios son contrarios a la subida de las cotizaciones a los salarios altos. Este doble bloqueo dará lugar a una reforma cosmética. A pesar de ello, bastará para Bruselas, que condiciona el desembolso de los fondos Next Generation a la aprobación de la medida. Pero es evidente que la levedad de los acuerdos que se alcanzarán con los agentes sociales será insuficiente para resolver el gran problema de la sostenibilidad del sistema. Más aún ante el mayor gasto que genera la indexación del alza de las pensiones al IPC y el reto de la jubilación de la generación del baby boom.