El nuevo año ha llegado con novedades para muchos beneficiarios de prestaciones dependientes de la Seguridad Social, como es el caso del Ingreso Mínimo Vital. Sus cobradores no solo han visto cómo se mantiene el aumento del 15% en el valor de la prestación, sino que además disfrutarán de mayores cuantías en el caso de que consigan un trabajo.

Porque el Ingreso Mínimo Vital no deja de ser una renta garantizada y, por lo tanto, permite compatibilizarse con el ingreso de rentas del trabajo como sueldos, prestaciones por desempleo, pensiones…hasta la renta garantizada que se estipula para cada unidad de convivencia, con cantidades extra para las que tienen menores de edad.

Sin embargo, en 2023 se ha mejorado el sistema de compatibilización del cobro del Ingreso Mínimo Vital y la percepción de sueldos por nuevos trabajos, de tal forma que determinadas cantidades del IMV quedan exentas de reducción aunque se cobre un salario. Es una medida contra lo que se denomina ‘trampa de la pobreza’, la negativa de los beneficiarios de ayudas a buscar un empleo al conllevar en la práctica la pérdida de esa prestación y la no mejora de su situación.

Así, cuando una persona que perciba el Ingreso Mínimo Vital consiga un nuevo empleo tiene la opción de real de aumentar sus ingresos, ya que no tiene por qué perder todo el IMV: tan solo se le reducirá la cuantía por tramos en función de la cuantía de ese sueldo correspondiente al trabajo recién conseguido.

Las novedades aparecen en el Real Decreto 789/2022, de 27 de septiembre, que se puede consultar en este enlace del Boletín Oficial del Estado. En el texto se explica que la compatibilidad se hará mediante la «aplicación de un importe exento del cómputo de los ingresos y rentas que se hayan de tomar en consideración para la determinación de la situación de vulnerabilidad económica de la persona beneficiaria individual o, en su caso, de la unidad de convivencia».

Este es el IMV que mantienes aunque consigas un trabajo

Estas exenciones cristalizan en la aplicación de diferentes porcentajes que dependen de la cuantía del sueldo que el beneficiario del IMV ha comenzado a percibir con su nuevo empleo.

El caso más sencillo es el de los sueldos que suponen menos de un 60% de la renta garantizada para la persona que percibe el Ingreso Mínimo Vital. Si una persona se encuentra en esta situación podrá mantener la totalidad de su Ingreso Mínimo Vital junto al nuevo sueldo.

Si, por el contrario, el beneficiario del IMV consigue un trabajo en el que cobrará una cifra de entre el 60% y el 100% de la renta garantizada que le corresponde tendrá exenciones que dependerán de la composición de su unidad de convivencia:

-Una exención del 30% en las unidades de convivencia compuestas por una persona o exclusivamente por adultos (sin derecho al complemento por discapacidad).

-Una exención del 35% para las unidades de convivencia con menores de edad (sin derecho al complemento por discapacidad).

-Una exención del 40% para las unidades de convivencia monomarentales y monoparentales o con derecho al complemento por discapacidad.

La nueva normativa también ha contemplado un caso en el que quizá no se repare en un primer vistazo: el de las personas que antes de la modificación ya compatibilizaban trabajo e IMV y que experimentan subidas en sus sueldos. Para esas cantidades también hay exenciones que dependen de la composición de la unidad de convivencia:

-Del 20% para unidades de convivencia de una persona o compuestas exclusivamente por personas mayores de edad (sin derecho al complemento por discapacidad).

-Del 25% para unidades de convivencia con menores de edad (sin derecho al complemento por discapacidad).

-Del 30% para unidades de convivencia monomarentales, monoparentales y con derecho al complemento por discapacidad.