Los mercados vuelven a sucumbir este viernes fruto del miedo a que las turbulencias financieras derivadas del colapso de Silicon Valley Bank (SVB) y la caída en desgracia de Credit Suisse se amplíen y hagan caer a otras entidades. La principal víctima esta jornada ha sido el banco alemán Deutsche Bank, que ha llegado a registrar caídas superiores al 13% en bolsa -el mayor desplome desde el estallido del covid- mientras sus swaps de incumplimiento crediticio (CDS) se han disparado en las últimas horas.
Los inversores parecen haber comprado esta jornada un marco de que la entidad ‘teutona’ sería la ‘siguiente’ en colapsar. Algo que ponen en duda los analistas. No nos preocupa la viabilidad de Deutsche ni sus marcas de activos. Para que quede claro: Deutsche NO es el próximo Credit Suisse«, sentencian rotundos los estrategas Stuart Graham y Leona Li, de la firma Autonomous.
«A juzgar por los movimientos de los swaps de impago (CDS), los bonos AT1 y el precio de las acciones de Deutsche Bank, los inversores están preocupados por la salud del banco. Estamos relativamente tranquilos en vista de las sólidas posiciones de capital y liquidez de Deutsche«, añaden ambos estrategas.
Los analistas de Citigroup explican que lo de este viernes podría deberse a un «mercado irracional». En la búsqueda de razones detrás de la caída de las acciones de Deutsche Bank, los analistas señalaron el aumento de los swaps de incumplimiento crediticio del prestamista, así como las preocupaciones sobre la exposición inmobiliaria comercial y una investigación del Departamento de Justicia de EEUU sobre los bancos y las sanciones rusas.
Los baches de Deutsche Bank
«Ninguno de los dos parece lo suficientemente significativo como para explicar el movimiento, más bien vemos esto como un mercado irracional«, han subrayado los analistas de Citi, entre ellos Andrew Coombs, en una nota. Como en el caso de Credit Suisse, «el riesgo es que los titulares de los medios de comunicación repercutan en la psicología de los depositantes, independientemente de si el razonamiento inicial era correcto o no».
Aunque Deutsche Bank ha sufrido una serie de crisis en el pasado, un enorme plan de reestructuración le ha ayudado a superarlas. La nota de Citi añade que Deutsche Bank es rentable y tiene un capital y una liquidez sólidos.
El BCE y Alemania piden calma
El canciller alemán, Olaf Scholz, ha salido este viernes a asegurar que «no hay motivo para estar preocupado» por la situación del Deutsche Bank. «Es un banco muy rentable. No hay motivo para estar preocupado», ha dicho Scholz al término de la cumbre que los líderes europeos concluyeron hoy en Bruselas, donde analizaron la situación de los mercados financieros.
«Desde hace años hemos tomado las decisiones correctas para estabilizar los bancos en Europa», ha enfatizado Scholz. El canciller alemán también ha afirmado que «el sistema bancario europeo es robusto y estable y tenemos las estructuras de supervisión necesarias». «Se puede decir claramente que en los últimos años tenemos normas más estrictas», ha agregado Scholz.
El banco alemán ya se encuentra dentro del marcado de la zona euro, donde los bancos presentan unos colchones de liquidez más elevados y, sobre todo, una cobertura (con swaps y otros derivados) mayor ante las subidas de tipos de interés que están afectando a la valoración de parte de su activo.
Además, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha asegurado una vez más a los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea que el conjunto de instrumentos de la entidad está «plenamente equipado» para proporcionar liquidez al sistema financiero de la zona del euro en caso de que fuese necesario.
Fuentes comunitarias han confirmado que así se lo ha trasladado Lagarde a los líderes en la cumbre del euro que se ha celebrado este viernes en Bruselas y en la que también ha participado el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe.
La presidenta del BCE ha recordado que el sector bancario de la zona del euro es «resistente» porque tiene posiciones «sólidas» de capital y liquidez y es «fuerte» porque se han aplicado a todas las reformas regulatorias acordadas internacionalmente tras la crisis financiera mundial.
Aunque sí ha reconocido que los últimos acontecimientos deben servir a modo de recordatorio de lo importante que ha sido mejorar continuamente estos estándares regulatorios, ha insistido en que no existe compromiso entre la estabilidad de precios y la estabilidad financiera, ya que el BCE cuenta con herramientas diferenciadas para hacer frente, por separado, a los «riesgos» para ambas.