Ha llegado la Semana Santa y para muchos eso significa horarios más flexibles, una mayor cantidad de actividades al aire libre, algún que otro viaje o simplemente descansar y recuperar fuerzas. Estos días son un buen momento para relajarse, aunque eso no significa dejar a un lado la salud.
Durante los días de fiesta es fácil que se produzcan interrupciones en los horarios habituales, más encuentros sociales e incluso a veces más estrés por los nervios de llevar a cabo los planes. En el caso de las enfermedades crónicas como la diabetes, afecciones cardíacas, hipertensión o colesterol alto, es importante que los pacientes que las padecen sigan cuidándose y no empeoren los síntomas.
Es fundamental que soliciten la medicación suficiente para su periodo de vacaciones y llevarla consigo. Además, si se va a viajar es recomendable contar con un informe médico que incluya el tipo de tratamientos que está llevando a cabo la persona y no olvidarse la medicación.
Muchas personas utilizan estos días para empezar a hacer actividades nuevas y salir más de casa. Es común estar expuesto al sol por lo tanto es importante protegerse bien del sol, incluso en los días nublados. Además de la crema solar, es recomendable utilizar sombreros, gafas de sol y protector labial al realizar cualquier plan. Los cambios climáticos de temperatura, la exposición al sol y los niveles de humedad frecuentes en estos días causan irritaciones en la piel.
También es de gran importancia mantenerse hidratado bebiendo suficiente agua. De igual importancia, es aconsejable disminuir el consumo de alcohol y bebidas azucaradas ya que puede aumentar el riesgo de deshidratación. Esto afecta a la función cognitiva, la actividad física y el rendimiento mental.
Además, normalmente en las vacaciones aparecen cambios en la alimentación. Suele implicar un mayor consumo de productos poco saludables y de bebidas distintas al agua, que no tienen suficiente poder de hidratación. Esto favorece la aparición de problemas intestinales como el estreñimiento o la diarrea.
Por otra parte, los pies soportan el peso de cada paso que da el ser humano. Las actividades típicas de estas fechas repercuten sobre ellos. Por ello, se debe elegir un buen calzado. Además, este debe ser flexible para evitar rozaduras y ampollas, y transpirable para evitar el exceso de calor. Cabe destacar que la higiene también es clave para que permanezcan sanos por lo que se deben lavar a diario y secarlos bien, sobre todo entre las zonas de los dedos para eliminar toda la humedad y el riesgo de que puedan aparecer hongos.
En cuanto al trabajo, se debe desconectar en las vacaciones ya que ayudará a que ser más eficiente y productivo a la vuelta de las vacaciones. De hecho, los expertos afirman que son imprescindible dos semanas seguidas como mínimo. Es en ese periodo donde realmente da tiempo a relajarse y cuidarse.
Los españoles cada vez viajan más, tanto a destinos nacionales como internacionales. Los desplazamientos suponen un peligro durante estas fechas, debido al aumento de los mismos, si representan un estrés añadido y si no se realizan en condiciones adecuadas. Por ello, los expertos aconsejan repasar la ruta previamente, usar ropa cómoda y holgada para favorecer la circulación y evitar esa sensación de piernas cansadas, y realizar diferentes paradas para estirar las piernas y descansar para así mejorar el nivel de concentración.
Es importante extremar la precaución en carretera. Este año las previsiones apuntan a que se puedan llegar a producir hasta 16 millones de desplazamientos de largo recorrido por las carreteras españolas.
También es de vital importancia estar preparado para cualquier eventualidad de salud que pueda surgir durante las vacaciones. Por ello, los expertos recomiendan llevar un botiquín básico con elementos como, por ejemplo, analgésicos, antiinflamatorios, antidiarreicos, productos para curar heridas y repelente de insectos, entre otros.