Apenas habían pasado cinco horas de este martes cuando una planeadora repleta de fardos de hachís comenzó su descarga en la playa de Las Azucenas, en Motril, en la costa tropical granadina. Los traficantes habían trasladado ya a tierra 15 fardos según la policía, 16 según algunas otras fuentes, cuando otro grupo se echó sobre ellos para hacerse con su droga, lo que se conoce en la jerga del narco como vuelco, el robo de unos traficantes de la mercancía de otros. Comenzó entonces un tiroteo que alertó a algunas personas quienes, a su vez, llamaron a la Policía Nacional. Tras presentarse en la playa los agentes, los miembros de una banda y de otra se dieron a la fuga sin poder llevar consigo toda la carga. Los agentes han intervenido 600 kilos de hachís aunque sospechan que la lancha transportaba muchos más.

La fuga de todos los narcotraficantes, que huyeron por mar y por tierra, impidió que se pudieran practicar detenciones y tampoco se han producido arrestos en las 36 horas siguientes. El asunto está “en investigación”, señala el portavoz de la Policía en Granada, que no ha ofrecido más datos. Según la agencia Efe, tras la huida de los narcotraficantes, los policías comprobaron que habían dejado numerosos vehículos dispuestos en las cercanías para el traslado de la droga. Por el volumen de esos vehículos, los investigadores sospechan que el hachís que transportaban en las lanchas podría alcanza las cuatro toneladas.

La policía se ha incautado de los vehículos y de la droga y durante la mañana del martes hicieron una batida con perros en busca de otros elementos que los narcos hubieran dejado abandonados, según Efe.

La playa de las Azucenas se encuentra situada a continuación del puerto de Motril, del que salen y entran a diario numerosos ferris y barcos de mercancías de gran porte. Este incidente no es el primero relacionado con el tráfico de drogas que ocurre en esta playa. Periódicamente aparecen fardos flotando por la zona o, como ocurrió en 2019, una narcolancha a la deriva apareció en la costa con más de un centenar de bidones de combustible. El suceso más sonado tuvo lugar hace ya más de una década cuando, en 2009, agentes de la Guardia Civil decomisaron un alijo de más de 3.000 kilos de hachís y detuvo a siete personas.