A cualquier otro entrenador del mundo una temporada como la pasada le habra permitido disponer de un ao de crdito, un salvoconducto en caso de que en el siguiente ejercicio no se repitieran los xitos. A Ancelotti no. El doblete Liga-Champions y esas tres remontadas picas para tumbar consecutivamente a tres superpotencias futbolsticas y econmicas como PSG, Chelsea y Manchester City estuvo

muy bien y fue bonito mientras dur. Pero

en el Real Madrid las alegras duran poco. Incluso demasiado poco

.

Es probable que en esa autoexigencia que impone el club

, de la que Florentino Prez se jacta en sus discursos de bienvenida a los nuevos futbolistas,

radique la notable diferencia que hay entre la sala de trofeos blanca con sus 14 Champions y las del resto de clubes

. Pero

establecer como norma no escrita la obligacin de ganar la Liga o la Copa de Europa para que el entrenador de turno contine, con independencia de que tenga contrato en vigor, parece exagerado

. Lo cierto es que en los ltimos 30 aos slo Floro (1993) y Mourinho (2011) siguieron ocupando el banquillo tras una temporada en la que el Madrid ‘slo’ hubiera ganado la Copa del Rey.

En esas tenemos al bueno de ‘Carletto’.

El tcnico de las cuatro Champions enarca la ceja ms de lo habitual a tres meses escasos de que acabe un curso que se decide en las dos prximas semanas con una eliminatoria copera cuesta arriba ante el Bara y los cuartos europeos con el Chelsea.

No le gusta lo que escucha, como en su da tampoco le gust a su antecesor, Zidane.

Los nombres de posibles sustitutos

(Tuchel, Pochettino, el mismo Zidane, Xabi Alonso, Ral…)

sobrevuelan, rumores alimentados desde el propio club por el desgaste que todos los entrenadores, ms temprano que tarde, sufren a ojos del presidente

. A Ancelotti se le reprocha su perfil excesivamente poltico, muy atento a las jerarquas del vestuario.
Para acabar de complicarlo,

el clima de ese vestuario se ha enrarecido en los ltimos meses. Era inevitable

.

Las semanas van pasando, siete futbolistas con mucho peso especfico siguen pendientes de renovar, varios de ellos sin noticias del club todava, y los nervios, las malas caras y alguna que otra palabra inconveniente ante la falta de minutos empieza a escucharse dentro.

No es el mejor clima para afrontar el tramo decisivo, con tu futuro y el de muchos jugadores en el aire. Pero Ancelotti sonre, levanta la ceja y hace como si nada.

Por eso, y por su palmars, es el idneo para seguir en el banquillo. Aunque sabe que lo tiene muy difcil.