Araujo saca bajo palos la ltima de Griezmann, en la prolongacin, y un Bara absolutamente plano pero terriblemente fiable se lleva el botn del Metropolitano para poner tierra por medio en el liderato. Llora 2023 el final de la Navidad, o lo que sea, el caso es que el cielo se cae sobre el estadio del Atltico. Csped rpido, como le gusta a Xavi, que en la previa ha soltado eso de que el rival es una roca por lo defensivo. O lleva aos sin verlo o tanto le da lo que sale por su boca, el caso es que los puntos al zurrn. La primera media hora local es un galimatas defensivo, el resto un jeroglfico ofensivo. Para cuando se soluciona lo uno ya no se arregla lo otro.
Porque es imposible adentrarse en los vericuetos del partido sin atender a la zapatiesta tctica organizada por Simeone a partir del once ms liviano posible, sin msculo en mediocampo ni referencia arriba, pero sobre todo con Molina como improvisado tercer central y la terica misin de atender a Pedri desde un marcaje individual. Pero resulta que el canario tiene la costumbre de moverse, en este caso hacia atrs desde una posicin terica de tercer punta, lo que resulta funesto para el rival: a la que lo hace, el argentino ya no tiene claro si perseguirlo hasta donde resulte menester, rompiendo la lnea, o dejarlo ir manteniendo el orden.
Durante un tramo optar por la primera de las opciones, pero tampoco sus compaeros adivinan el modo de tapar el agujero que se crea. Consecuencia: aquello es un caos. Y el Bara lo aprovecha para jugar con una comodidad asombrosa, siempre en campo rival. Hasta que Pedri vuelve a engancharla sin que Molina esta vez se d por aludido. Ni sus compaeros, por cierto. Al recorrido del 8 azulgrana apenas le faltan los aplausos rojiblancos, de modo que llega al rea y asiste a Gavi en lo que Reinildo acaba en el suelo y Dembl completa la jugada. Hay reclamacin de falta, pero la jugada no da para tanto.
El Atltico timorato entra directamente en pnico y Gimnez regala a Pedri el segundo para que, mientras el uruguayo se echa directamente las manos a la cabeza, Molina solucione esta vez a tiempo la avera que amenaza con reventar el partido definitivamente. Y que no lo hace. Porque resulta que El Cholo atiende de una vez al desbarajuste, adelantando a Llorente para que Molina ocupe el lateral y se juegue con 4-4-2. Con eso y un tanto de presin el partido cambia de trayectoria. Primero se la pone Molina a Gimnez y despus Gimnez a Molina, omnipresentes ambos, desviados sus remates.
Pero sigue habiendo ms corazn que cabeza, por mucho que el Bara se refugie para capear el temporal sin que Busquets o De Jong acierten a sugerir cierta pausa. A ltima hora del primer acto por fin se trenza una jugada ofensiva local que no merezca la presencia de los defensas tantas veces mencionados ya. Para desgracia de Griezmann, aparece una mano salvadora de Ter Stegen que niega el empate poco antes del refrigerio. Para entonces, con el Metropolitano hecho caldera, Munuera se siente en su salsa. El Bara conserva la ventaja; el Atltico, la esperanza.
Pero no ser capaz de inyectar una dosis de pica. Domina tambin en el arranque del segundo intervalo, pero no tiene plvora. Joao juega para s mismo y Griezmann anda desafortunado. Curiosamente ser Xavi el primero que meta energa a su sala de mquinas. Lo hace con Kessi, que aparece junto a Ferran. Entonces s, entonces Simeone tira de Kondogbia… que a su vez aparece junto a Morata. Hasta ah ha durado el partido de Barrios, algo cohibido despus de extraviar algn pase arriesgado. Pasan los minutos y aquello sigue igual.
Con los entrenadores completando sus respectivos carruseles sin que los que ingresan afecten en demasa por lo bueno o por lo malo y con acciones absolutamente inexplicables salvo en el frenoptico situado a orillas de la M-40. Como el gol que intenta meter Oblak, o vaya usted a saber. Como el pelotazo de Correa a un asistente, quizs en homenaje particular a un Arda que observa desde el palco, resuelto por Munuera de la nica forma que no puede: con amarilla. O no hay intencin o es roja.
A ltima hora s desfilarn hacia el vestuario Savic y Ferran, enredados de forma fea, pero en un lance que otra Liga que ustedes imaginan resolvera sin castigo tal. El caso es que al Atltico ya slo le queda el ltimo arren, en el que Lemar no mira por el retrovisor a Reguiln o en el que Araujo saca la relatada. No se puede conseguir ms con menos, el caso es que el Bara acaba virgen y gana el partido. Aprovechando esa media hora en la que el rival se ha muerto de miedo. Una roca, dice…